Punta Rucia sabe a mar, impulsando el consumo fresco de pescados y mariscos. Un pueblo pesquero con encanto repleto de belleza que no deberías perderte.
Punta Rucia tiene una naturaleza exuberante, un paisaje como pocos lugares en la República Dominicana, sin lugar a dudas es de los pueblos costeros más emblemáticos.
Cada mañana bien temprano se siente el olor a pescado y mariscos, los comedores prenden los fogones hacen un buen desayuno dominicano y luego a freír pescado.
En cada esquina hay una pescadería y personas vinculadas a las tradiciones del mar. Las lanchas pesqueras adornan el precioso paisaje y con las aguas más cristalinas que hemos visto.
Un pueblo hermoso, donde vive Eduvige un pescador que tiene más de 25 años en el oficio. Ama la pesca y para él esto en una bendición, un trabajo donde sales con las manos vacías y regresas con ellas llenas.
Los pescadores preparan antes de que salga el sol, el Tramayo – una red fabricada con hilo plástico y transparente – , el arpón y la carnada para echarse al agua de las costas del Atlántico.
Ya a media mañana, se han agotado todos los mariscos frescos ya que suplen a las provincias aledañas. La vida de un pescador no es fácil, es una labor muy dura y muy arriesgada, pero esa pasión y amor al mar hacen que los pescadores salgan esperanzados de que volverán cargados de mariscos para con las ganancias poder sostener económicamente a sus familias.
Punta Rucia es un lugar desconocido por los turistas que guarda la historia de pescadores que echaban al mar para pescar y proveer de alimentos a la comunidad.
Este pueblo marino tiene un gran atractivo por su belleza natural, la gente y su gastronomía basada en productos del mar.
