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Haydée Kuret de Rainieri revela la clave de su éxito matrimonial

Hace más de 50 años Haydée Kuret de Rainieri y Frank Rainieri dieron el ¨ Si te Acepto¨ a una relación de donde nacieron tres hermosos hijos: Frank, Paola y Franchesca, creando una relación sólida, donde cada dificultad que se presenta en su camino lo único que logra unirlos más.

Celebrar 50 años de unión matrimonial es un gran logro para cualquier mujer. En una sociedad tan compleja, un matrimonio que dure tanto es un acontecimiento digno de reseñar. Esta pareja ha tenido sus altas y bajas, pero siempre en todo momento ha imperado el amor, respeto y consideración.

Han vivido juntos muchas experiencias, son verdaderamente cómplices. Una complicidad que los ha llevado a tener la mejor unión en el mundo de los negocios.

Para Haydée, ha sido innegociable el darse su valor como mujer, consejo que ha transmitido a sus hijas. Ella considera que nadie se da mejor el valor que uno mismo.

Junto a su pareja, han creado un emporio hotelero donde ha imperado el trabajo en equipo. Se han complementado el uno para el otro. En múltiples ocasiones Don Frank ha manifestado las veces que su esposa ha estado a su lado, lo que ha contribuido a fortalecer más la relación.

¨ Yo no creo que detrás de un hombre de éxito esta una mujer, yo creo que está a su lado. La mujer es el complemento, el hombre y la mujer son diferentes, tienen mentalidades diferentes, visualizan las cosas diferentes, hay una complementación de dos seres humanos¨ manifestó Haydée.

Asimismo, entiende que es vital que en una pareja exista comprensión, admiración, respeto y apoyo, es lo que muchas veces lleva al éxito matrimonial.

Por supuesto, que la palabra clave en todos estos años ha sido el amor. Esta pareja se ha mantenido firme en el amor, en el respeto y en la consideración. Ambos son un ejemplo de unión para sus hijos, nietos y toda su generación.

Haydée, es una mujer sabía que ha sabido edificar su casa, instruir sus hijos por el camino de la unión para juntos crear una base firme donde sus cimientos sean tan fuertes, que ninguna tormenta pueda destruirla.

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