El desarrollo de las comunidades de la provincia de Barahona cada día está creciendo con el apoyo de diferentes fundaciones que incentivan a familias de escasos recursos a emprender proyectos para que de esta manera puedan sostener sus familias. Uno de estos es el Proyecto Caprino del pueblo de Pescadería donde 11 familias de escasos recursos se están beneficiando.
Rosiris López Pérez, Presidenta de la Asociación Productora de Leche de Cabra las Cabritas, comenta que dicho proyecto comenzó una vez que fueron tres personas por vía de un programa de alfabetización incentivado por el Consorcio Azucarero y la Fundación Central Barahona, desde ese día sembraron en su corazón este hermoso proyecto de cría de cabritos, para la producción de leche y queso de cabra.
“Desde ahí formamos un grupo de 30 personas y realizando diversas reuniones llegamos al punto de comprar un terreno para formar el proyecto, fue cuando la Fundación para el Desarrollo de Pescadería nos prestó un dinero con el cual compramos dicho terreno”.
Destaca que con el trabajo y el tiempo varios socios se fueron alejando ya que no todos estaban dispuestos a emprender un proyecto sin fines de lucro por lo que actualmente solo están trabajando 11 personas en dicho proyecto. “Así fue que comenzó el proyecto con mucho trabajo y esfuerzo donde cada socio comenzó con dos cabras o dos chivas criollas, para hacer un total de 22 cabras”.
De ahí la Fundación Central Barahona nos donó el padrote y fuimos a encantar las cabras y mejorando las razas hasta que otras instituciones se unieron y nos ayudaron a comprar más cabras; actualmente contamos con alrededor de 190 cabras en total, sin embargo, necesitamos más, para poder almacenar leche y producir el queso de cabra, aparte de que solo tenemos dos razas lecheras, la alpina y la sana, por lo que son más difíciles de conseguir, comenta Rosiris.
“El cuidado de estas cabritas también es importante ya que vendemos un producto bien saludable, por lo que las alimentamos con plantas y hierbas que les aporten un alto contenido de proteínas a cada cabrito, como son: la guácima, el pitón y morera, de estas se le echa comida dos veces al día una en la mañana y otra en la tarde”.
Expresa que el trabajo que realizan consiste en la cría de cabras hembras y la venta de cabritos machos, ya que con las hembras pueden realizar el ordeño de leche para la producción del queso de cabra y el yogur.
Las ordeñamos dos veces al día una en la mañana y otra en la tarde, y según la alimentación de las cabritas por día dan de un litro de leche, dos o uno y medio; luego del ordeño ponemos la leche en un refrigerador y después de la recolección de leche la llevamos a una tina y la pasteurizamos, explica Rosiris. “El queso lo aprendimos hacer en España con el apoyo del Fondo Especial de Desarrollo Agropecuario (FEDA) más otras instituciones de España que nos dieron seguimiento y que siempre estuvieron con nosotros”.
Comenta que este es un proyecto factible, pero a pesar de que el producto es bueno aún no están viviendo de él, pues apenas están empezando, sin embargo cada año hacen una bonificación a los socios por el trabajo realizado.
Resalta que cuentan con el apoyo de la Fundación Central Barahona, la Cámara Americana de Comercio, el gobierno y otras instituciones. “Cabe destacar que nuestro producto está certificado para salir al mercado y evaluado por el Registro Industrial y Mercantil”.
Para concluir aconseja a los grupos y personas que decidan emprender un negocio que evalúen el mercado para que el proyecto sea factible, que se relacionen con personas que tengan el mismo deseo de crecer y sobre todo que pongan dicho proyecto en manos de Dios pues sin él, nada es posible.